/guarda el secreto que trae el viento, guardalo.

Ya sé que fue raro, me lo dijiste, y supongo que me lo vas a repetir.

Es bastante tonto pensar, que te hago dar vuelta para contarte un cuentito, el cual vos escuchas, como siempre que me escuchas. Y de repente me decís, ¿Me puedo dar vuelta? Y si, es obvio que te podes dar vuelta, porque la historia ya terminó hace rato. Pero mientras yo aprovecho para abrazarte, como tantas otras veces, sin que vos te dieras cuenta. Me decís, que vas a tomar todo como un sí. Pero no entiendo, un sí a qué? Sé que no te lo tengo que preguntar a vos, porque soy yo la que no sabe, no entiende, no piensa. Es obvio que me miras, con esos ojos tan comprensivos que tenés, y a mi me late mas fuerte el corazón. Es obvio que si me das un beso, no te lo voy a negar. Pero si me volvés a preguntar que onda me voy a quedar callada, como ayer, como siempre que pasa esto.

Asumo, y reconozco, que me encantan tus abrazos, que me perdería en ellos antes que tener volver a mi casa, que puedo dejar pasar 15 mil bondis para seguir con vos, que me pones nerviosa, y que a la vez me haces feliz.

Te veo a la tarde, para seguir mirandote en silencio, y para estar rara, raros. Te quiero raro, pero te prefiero así.